lundi 27 juillet 2020

Para atenuar el calor...



…la vida húmeda…
…y me fui al amanecer a caminar por el campo, para escapar a la rutina de un domingo endomingado. Subí al viejo castillo en ruinas para saludar desde la altura al Mont Ventoux convertido en el Peñasco, del otro lado del río, para ver saltar a Cira sobre las piedras del Ródano que se me antojó Jarunao, miré abajo donde hubo vegas y palmas, se alineaban los surcos, la viña en progresión, y los robles hacían ruedos boscosos entre la capilla y el camino que lleva a San Lorenzo de las Fuentes. La bruma de la media mañana envolvió el bajío, y el viejo desapareció sobre la piedra pulida que hace de crucero para alertar a los viajeros que ningún tren volverá a pasar hasta que vuelva la luna llena. ©cAc-2020

2 commentaires:

  1. Muy bello. Impecables el texto y la foto. Y tu gran libro. Por cierto, uno de los más vendidos de momento este mes. ¡Qué alegría!

    RépondreSupprimer
    Réponses
    1. Gracias Abel, creo que hubiera seguido garabateando en mi libreta de notas, todo el domingo, mientras miraba el monte y el río, pero a medida que avanzaba el día, subía la temperatura y empujaba a dejar mi punto de observación. Gracias Abel, y el abrazo es recíproco.

      Supprimer