Recién
comienza 2021. Comienza caldeado, impreciso, incierto, pero también comienza
esperanzador. No se puede vivir sin esperanzas, porque « no hay mal que
dure cien años, ni cuerpo que lo resista » y tampoco podemos vivir
sin ilusiones, a pesar de que « el que vive de ilusiones, muere de
desengaños ». El 2020 duró un día más, fue bisiesto, y febrero se encargó
de agregar el 29 al calendario. No fue más rápido ni más lento, aunque así lo
sintieran unos y otros. Volveremos a celebrar la Epifanía, a soñar con los
Reyes Magos ; las muchachas ansiosas se cortarán una mecha de sus cabellos
para verlos crecer con brío, comeremos crepas por la Candelaria y San Valentín
unirá manos y corazones. Llegará la primavera (estación que la sangre altera) y
revolotearán las golondrinas ; días pascuales, días para seguir
procesiones con santos sobre los hombros de costaleros sevillanos. Yo seguiré
celebrando en silencio el cumpleaños de mi madre. Madres que recordaremos al
mes siguiente, ese que nos regala el muguet, la fiesta del trabajo y el
descenso de los espíritus, cincuenta días después de haber terminado la Pascua.
Para entonces ya habrá acabado el ayuno de los musulmanes. Invierno debajo de
la línea del Ecuador, verano para los del Norte, San Juan con fuegos, largo el
día, corta la noche, vacaciones julianas y agostinas, San Roque, Eleguá y un
santo libanés a celebrar, San Charbel. A la « rentrée » volverán a
llenarse de alegría las escuelas, comenzarán a desnudarse los árboles y dará
inicio el mes hebreo. Todos los Santos y se colorearán los cementerios con
flores en las tumbas de nuestros fieles difuntos. No se moverán. Nos moveremos
nosotros, daremos gracias a las tierras que nos han acogido y catapultaremos
nuestras vidas en el último mes del año, Nochebuena, Navidad, y quizás, al
menos una vez, amaneceremos cuatro días antes de que nazca el 2022, curados de
la inocencia de creer en todo lo que dicen aquellos que nos gobiernan. ©cAc-2021
Obelisco a Juan de Conyedo y a Hurtado de Mendoza.
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*Obelisco a Juan de Conyedo y a Hurtado de Mendoza.*
Primero fue Conyedo[1], y luego Hurtado de Mendoza[2]. Dos hombres que
inspiraron la conducta que sigu...
Sentimientos ocultos. Sueños de verano de un alma errante....
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