Dispersos andamos, como polvo de estrellas, o como estrellas errantes en el vaivén luminoso de astros y almas. Dispersos. Esperando el tintineo de dos copas al chocar, tres, cuatro, no sé cuántas, la abuela en el centro, el padre en un extremo de la mesa, larga como la velada, sentados los tíos, los primos disputándose la alegría, la Nochebuena oliendo a paz y a familia, la cena dispuesta, los perros echados a los pies del abuelo, el vino servido, y aparece el tintineo esperado, el gato sobre el sofá, chocan las copas y desde su escondite observa la mesa el ratón sorprendido, mantel para la ocasión, risas y abrazos, la madre nerviosa, las tías sirviendo, los niños jugando, el asado listo, olor a leña afuera, en el patio, el gallo sobre una rama del almendro, esperando la hora, esa noche de Nochebuena. ©cAc-2020
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