samedi 14 novembre 2020

Paseo sabatino con un padre que ya no existe

El camino podía andarse. El padre dio la mano al muchacho y le fue mostrando cómo saltar los charcos de agua fangosa. La noche anterior, la lluvia fue lastimando un viejo tronco, triste, enfermo. Al alba, una ráfaga de viento lo maltrató, escuálido, el árbol temblaba, temía caer al río. Cayó todo del lado del camino. Padre e hijo saltaron el obstáculo. Todavía respiraban sus ramas, quejidos verdes y lágrimas resinosas. Soltó al hijo como se suelta a un potro, y el muchacho  corrió detrás de una mariposa extraviada. Se detuvo al llamdo del padre. Ven, dame la mano. Pon atención, escuchas ese ronroneo? El padre lo levantó, le dio una voltereta cariñosa y lo sentó a horcajadas sobre sus hombros. Subieron la cuesta para alcanzar el dique. Un rumor de agua acuchillada, un chapoteo, el agua erizada, el ronroneo, dos ranas sorprendidas en un croar amoroso. El ronroneo se fue acercando, avanzaba por el lado derecho, contrario a la corriente, apareció lentamente y apenas descubierto, ya surcaba las aguas grises en la mitad del río. La barcaza era un sol largo amarillo. El muchacho divisó la bandera. La misma de la escuela padre. El padre lo bajó de sus hombros y lo depositó a sus pies como se deposita una joya en la tierra enlodada. Volvieron atrás, volvió el muchacho a saltar el árbol caído, a chapotear en los charcos, a sentir la mano tibia del padre, que acababa de regalarle esa imagen que raramente vuelve en la vida, ver la barcaza pasar sentado sobre sus hombros. ©cAc-2020

3 commentaires:

  1. Este comentario es algo muy parecido a lo qué escribí anteriormente,p ero este Googleinfernal me lo borró, y posiblemente ahora salga el anterior y éste. Ya tú sabes de mí notable destreza con la tecnología.
    Esta nota la siento como un largo haiku en prosa de un tipo de experiencia que en mí, por no haberla disfrutado más, siempre despierta una ternura enorme y una especie de inocente envidia: las situaciones o los recuerdos de los hijos varones con sus padres, en lo cual parece que tu vida fue muy es muy rica. Esta viñeta del pasado es como si hubieras metido el brazo en el lago de la memoria y hubieras atrapado un precioso pez Dorado conla mano.

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  2. Un bello cuadro, casi una fotografía de esas que en FB pueden animarse y desplazan un poco los elementos, dando la sensación de profundidad. Captas ese bello momento con mucha precisión. La idea del haiku en prosa (el haiku explicado, o desarrollado, diría yo) que dice Omar Amador, es una buena idea.

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    1. Abel, gracias por sublimar mi humilde instinto de poeta, al acercarlo a un haiku, que bien quisiera yo saberlos moldear sin transgresiones y pudiendo desentenderme de mis descripciones...

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