mardi 3 novembre 2020

El segundo confinamiento. La desconfianza.

El segundo confinamiento. La desconfianza.

Y nadie se asombró del anuncio hecho el miércoles 28 a las ocho de la noche. Todo el mundo, a fuerza de rumores y el yo lo digo primero de los medios informativos, digirió sin dificultad la noticia. Como nosotros, viviendo medio ermitas desde nuestro regreso de la Isla, no por miedo ni por temor alguno, sino porque nos habíamos hecho a la idea que nunca habíamos vuelto a esa efímera normalidad que abarcó los últimos días hermosos de la primavera, todo el verano, y las primeras cinco semanas del esperado otoño. Una carrera sin freno trajo un lleva y trae y sale y vuelve a salir el jueves 29 víspera del confinamiento. Me dio tiempo pasar por el terreno de Miémart donde pastan vacas y toros, vigilados por un alazán blanco que no le quita pies ni pisadas a la tropa de mugientas vacas, protegiendo a sus terneros y haciéndole guiños a los musculosos sementales. Incluso me regalé un pedaleo por los pedregosos caminos que bordean el Ródano e intrircarme en los desolados parajes de roca y garriga que encerclan a Roquemaure. La tarde fue cayendo pausadamente, como para que bien la aprovechara, y se declinó en rojos ocres naranjas cubriendo los surcos, las viñas, los sembrados. ©cAc-2020 

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