dimanche 8 novembre 2020

Desconfinando los espíritus.

Mientras en la Isla esperaban el paso de una tormenta con nombre asociativo y de acciones espeluznantes, nosotros ya sentíamos los truenos que precedieron a la nuestra. Vigilance orange. No podría ser de otro color? No digo azul ni rojo, porque con el término del conteo, ya pasaron de moda. No es un episodio cevenol, es una tempestad con fuertes lluvias que harán crecer los ríos Cèze, Gardon, el Vidourle y el Vistre. Vigilance Jaune. Pero los relámpagos no son ni naranja ni amarillos, son de un negro fusia verdoláceo que iluminan la desnudez de los árboles. Los truenos secos sacuden el cielo y los gatos maúllan escondidos debajo de los muebles. Ráfagas de viento, ventolera y lluvia a partir de medianoche. No la lluvia anunciada, una lluvia majadera que golpeaba por el sur los cristales de la ventana. Abrir y refugiar a la lluvia? Varios relámpagos llegados con retraso y la sirena de un camión de bomberos atravesó el pueblo en dirección de Truel. La constancia de la lluvia cayendo sobre el alféizar de la ventana tuvo más efecto que un somnífero. Al amanecer, la lluvia amainó, y por curiosidad salí al patio para ver los efectos de la inundación. Cero patio inundado. La humedad me acarició tiernamente, a mí que conozco de vidas húmedas impresas sobre papel. Me sentí observado por una ardilla hambrienta, subí por nueces y ella se lo imaginó, porque me esperó con los brazos abiertos. Un café fuerte para alejar la frialdad de mis pies desnudos. Fui vaciando la cafetera mientras trabajé en el escritorio, cosa que haría hasta que comencé a sentir el extraño olor proveniente de la cocina. Pieds paquets comme la recette de Odette. Tripas, puré de tomate, vino blanco de Cassis, licor de cognac, tomillo, pimienta negra y sal. Para acompañar les pieds paquets, papas hervidas, y un vino tinto, insólito como el nombre del rojo Côte du Rhône. Compote de pommes fait maison, con vainilla de Madagascar. Una larga sobremesa con el consabido final de la novela americana, una dosis pequeña de coronavirus y como es habitual, el recurrente tema de la cocina francesa. Bajo al escritorio con una copilla de Armagnac en la mano. Como un escudo para evitar una siesta dominguera. Me echo en el canapé de la biblioteca para avanzar en la lectura de Semillas secas. Se me cierran los ojos, se me cierran, y no consigo despertar hasta una hora antes de la caída de la tarde. La siesta me envalentona y escribo. Escribo, respondo y escribo. La magia de la internet. Leo los periódicos virtuales y leo las burradas que salen de la boca de mis coterráneos emigrados a Alaska. Debe ser el aire frío de la sorpresa que los empuja a toser públicamente lo que debería ser un affaire privado. Bouillon d’herbes. Cena? Comento después de la “cena” la fractura cerebral de Melenchón. Declara su candidatura a la elección presidencial de 2022. Este de aquí también da risa, dice que su intención es ayudar a desconfinar los espíritus. Vaya, vaya, no sabía de sus virtudes como medium. Otro domingo confinado, aunque poco menos, por la compañía virtual de viejos amigos. ©cAc-2020

2 commentaires:

  1. Merci pour le repas et le vin, et une petite pièce du gateau pour la chipmunk de ma part. J'ai senti mes pieds mouillés sur votre jardin...

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    1. Malgré l’absence de pluie, une certaine humidité reste accrochée au gazon qui commence à transpirer la couleur jaunâtre de l’automne. Pieds nus dans le jardin, sous le murier, avec un verre du vin à la main, beau portrait après le repas !

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