lundi 21 mai 2012

Cine “Sagua” Por Yiset Betancourt*





Inmueble premiado en la categoría “Conservación” del evento provincial villaclareño, el cine “Sagua” está ubicado en la calle Céspedes de la ciudad de Sagua la Grande. Viajando en la máquina del tiempo, volvemos atrás, al final del siglo XIX, para descubrir el pasado de este sitio. En el lugar, hacia 1877, señalado como calle Tacón N° 95, existió una casa teatro levantada en mampostería y tejas, propiedad de Don Juan de Iriarte. En 1912, su viuda, Doña Isabel Canto y Nores, adquirió la finca señalada con el número 93, y unificó ambas en una única parcela. La nueva parcela fue arrendada entonces a la Sociedad Mercantil Colectiva de Santos y Artigas en octubre de 1914 para que se demoliera lo edificado y erigir en el lugar un nuevo teatro. El edificio fue construido a la altura de los grandes teatros cubanos de la época: “La Caridad” de Santa Clara, el ”Terry” de Cienfuegos, el “Sauto” de Matanzas, y “Principal” de Camagüey. Inicialmente nombrado teatro «Santos y Artigas», con el tiempo cambia de nombre y pasa a llamarse teatro “Principal”. El edificio fue demolido después de 1959, y esta acción trajo consigo la pérdida de un magnífico exponente del eclecticismo en la Villa del Undoso. En el sitio del otrora Principal, se proyectó levantar una sala de cine, cuya ejecución comenzó en 1966. Cuatro años más tarde fue inaugurado un cine moderno el cual fue bautizado como “Cine Sagua”. El inmueble de 1970, que muestra un alto nivel de conservación, constituye uno de los pocos ejemplos de movimiento moderno construidos en el país después de 1959. El edificio posee una rica expresión formal basada en el uso de volúmenes prismáticos en la fachada, ritmo que logra a partir de su repetición. La carpintería se manifiesta partiendo de sus grandes paños de aluminio y cristal que se repiten en ambas fachadas, lo que permite espacios interiores beneficiados por la luz natural de una gran transparencia y vinculados al exterior. Los muros están revestidos con “piedra de Jaimanitas”, la cual enriquece la expresión externa de la edificación; en los interiores se logran espacios expresivos a partir de la combinación de los materiales, la utilización de desniveles en los pisos y la exposición de los elementos de la estructura, nótense las aberturas en los techos que permiten la ventilación natural así como una iluminación indirecta. La expresión arquitectónica lograda provoca un contraste con el resto de las edificaciones del entorno más inmediato donde predomina la arquitectura tradicional. No obstante sin romper con la escala y líneas generales del perfil, enriquece el contexto donde está enmarcada, y se ha convertido en paradigma del movimiento moderno en la ciudad y, por su volumetría, hito a nivel urbano. Evidentemente, su ejemplaridad arquitectónica nunca podrá superar el valor patrimonial y cultural del edificio demolido en los inicios de la década de 1960, y eso, a pesar de que la sala de cine actual se ha impuesto en su rol cultural y como ejemplo patrimonial de la ciudad del norte villaclareño.
*Yiset Betancourt Casanova. Santa Clara 1973. Arquitecta por la UCLV. Especialista del Centro provincial de Patrimonio.

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