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Sault, al alba
Nos sorprendió tanta tristeza, las calles vacías, los
comercios cerrados, los dependientes de cafés sin muchos deseos de servir, o lo
que es lo mismo, sin deseos de trabajar un viernes pasadas las cuatro de la
tarde. Por suerte el templo del turrón, que es la Confiserie André Boyer,
estaba abierto y nos deleitamos con sus macarons provenzales, una delicia a la
que agregamos croquants, y turrón blanco. La tarde-noche en Sault no cambió
mucho. La lluvia danzó toda la noche sobre los adoquines de la rue de la Porte
Royale. Notre-Dame de la Tour se encargó de sincronizar el sueño a ritmo de
campanadas horarias. Con el alba emancipada y el cielo queriendo clarear
temprano, llegamos al hipódromo de Sault, sitio de encuentro de los
organizadores del evento Ventoux Contre Cancer, con los participantes y benévolos de la manifestación solidaria. ©cA
c-2021
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