Entusiastas a pesar del
tiempo entreverado, decidimos descubrir el camino que nuestra anfitriona nos
recomendaba. Kalú también se unió al entusiasmo y meneando la cola, se nos
adelantó por un atajo que lleva al caserío. Por un sendero que bordea una
desvencijada, -yo diría abandonada- granja, llegamos al punto en el que
debíamos bifurcar a la izquierda y seguir todo recto hasta donde quisiéramos
detenernos y luego regresar. Camino estrecho que en su tiempo fuera un poco más
holgado, va contorneando el flanco mientras desciende hacia el Cèze. El camino
estuvo recubierto de lajas de esquisto, unas incorporadas, otras nacidas allí.
El gris veteado de oros y verdes fulgura cuando el sol sale desvestido de
detrás de gruesos nimbos. La vegetación es exuberante, castaños y robles se
disputan la terraza superior del camino, toda lajeada, los pinos se conforman
con crecer en el desfiladero, y como manto que cubre sin límites, los helechos
de fina hoja nervada. La genista perfuma con su amarillo rey. Una culebra se
asusta al vernos y se escurre entre los esquistos que forman una pared. A medio
camino descubrimos la vieja Simca abandonada, ahora envuelta en hiedra y hojas
secas que cubren lo que queda de sus asientos. La Simca, excelente carrocería,
a pesar de los años y el olvido en el viejo camino de Villefort. Todavía
deseosos de caminar y entusiasmados doblemente con la máquina, decidimos hacer
par de kilómetros más hasta el claro desde donde se advierte el Cèze, abajo, en
el valle, arenoso, irradiando beige y azul de una transparencia fenomenal.
Satisfechos de ver el río, de escuchar el golpeteo de sus aguas queriendo
saltar un rápido, disfrutar del murmullo del pinar embelesado por la ligera
brisa viniendo del norte y un poco
empujados por el cansancio, volvimos atrás, por el sendero que fuera camino,
saltando lajas, subiendo ahora lo que antes descendimos. Respirando a pulmón
pleno, llegamos de nuevo al cruce donde termina el camino, y otro camino, ahora
asfaltado, lleva al caserío, y nos devuelve a la mazade.
©cAc-2019
Lomas, cuestas y declives (Santa Clara)
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Mientras escribía los textos de *Un barrio, una iglesia, un parque*, que
serán publicados poco a poco en el blog www.santaclarabycac.blogspot.com no
pud...
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