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Génolhac, pays de Régordane (premier point de chute)

Aparcamos en un terreno que
otrora fuera fábrica de seda. La hiedra invadiendo las ventanas acristaladas.
Hierro, cristal y ladrillos rojos para acentuar las arcadas. La chimenea roja
queriendo imponer su arrogancia de patrona marca el pasado reciente del pueblo.
Génolhac. Las calles desiertas, el viento ahuyentando a los pocos paseantes.
Antes de instalarnos en el flanco de la colina, Génolhac debe procurarnos pan,
vino, quesos, carne y verduras. Los comerciantes ya comenzaban a vaciar sus
anaqueles cuando llegamos al mercado sabatino. Sonaron las campanas de la
iglesia Saint-Pierre del siglo XIII. Un perro nos acompañó por la callejuela
que lleva a la iglesia. Cerrada. Génolhac es un viejo pueblo en el camino de
Régordane, de estrechas callejas y pasajes que ilustran su pasado medieval. En
L’Union, los convives y los patrones se entienden bien. Cerveza local y vino
del país. Para integrarse en estos parajes, el hotel-café-restaurant donde se
duerme se bebe se come se teje y se lee a ritmo de tiempo extendido en el tiempo,
es el sitio ideal. Desde la otra vez, invierno brumoso y gélido, Génolhac nos
marcó para este volver. ©cAc-2019




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