Al fin pusimos los pies en Toulouse! La “ville rose” había sido para nosotros un “lugar de paso”, ya fuera en tren o en autobús. Sin embargo, la ocasión de visitarla no se daba. Toulouse además, guarda una estrecha relación con mi vida, porque es tierra de mis antepasados. A unos treinta kilómetros al sur de la ciudad, en el mismo municipio, nacieron mi bisabuela y abuela paterna. Pero no viene al caso ahora, me limitaré a invitarlos a caminar por una de las ciudades más bonitas del hexágono y entre las más post-vanguardistas del mundo, la ciudad que vio nacer el azul pastel, color que como el del ladrillo, le dan un toque especial a su entorno urbano. Escoger un hotel en Toulouse no es cosa simple, porque hay tantos y encantadores, que la elección se vuelve un dilema. Lo mejor es hospedarse en el centro, no lejos de la plaza del Capitolio. La plaza se convierte en punto cero y desde ella se crea un radio de visitas ideal, sobre todo cuando la estancia en la ciudad se ve cortada en dos, por otros motivos de causa mayor. La escapada al vecino Gers, tendrá sitio en este corto viaje al término de la primavera. Echen un vistazo a Toulouse, que seguro les va a gustar y mucho! ©cAc2011
Obelisco a Juan de Conyedo y a Hurtado de Mendoza.
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*Obelisco a Juan de Conyedo y a Hurtado de Mendoza.*
Primero fue Conyedo[1], y luego Hurtado de Mendoza[2]. Dos hombres que
inspiraron la conducta que sigu...
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