Hermosa crónica que describe precisamente lo que se siente al recorrer el camino hacia la Esperanza. Habiéndolo hecho muchas veces recuerdo cada detalle que mencionas y muestras en las fotos. Los tramos estrechos de la antigua carretera, el viejo puente del ferrocarril casi al lado del de la carretera, las entradas a antiguas fincas, los célebres mojones o marcadores de distancia hechos de piedra que datan de cuando se construyó la Central. Yo si tuve el chance de recorrer y visitar el pueblito. Este guarda algunas joyas desde que entras en el mismo y que le dan un encanto de pueblo de provincia varado en el tiempo. La entrada por la calle Real esta llena de casas-quinta como las de la foto y otras más modernas como la que fuera la casa de un amigo de mi padre donde estuve muchas veces. Después viene la línea del ferrocarril. En Esperanza era que antiguamente se dividía el ferrocarril el ramal sur que va aun se usa para ir hacia Cienfuegos y el central que iba hacia La Habana. Esto hace que el pueblo tenga dos antiguas estaciones de trenes. La más importante está en el ramal sur y había otra abandonada y en ruinas hace años en el otro ramal que ya no se usa desde que se construyó la línea central en los ’70 cuando se construyera una tercera estación por donde pasa esta, mucho mas alejada del pueblo. No se si te detendrás en próximos post pero recuerdo haberme subido al campanario de la iglesia desde donde se ve casi todo. La iglesia es muy parecida a la del Carmen. Otras joyas son el elevado de la Central, la plaza del mercado, la antigua fábrica de cigarros y muchas casas de este que fuera municipio antes de la actual división político-administrativa. Saludos, Michael
Gracias Michael, la crónica está escrita con la pasión del viajero que descubre, y tu comentario deviene crónica también, con sugestivos detalles, que incitan a volver a caminar por el pueblo. La crónica está dividida en cuatro post. Por qué La Esperanza, que fuera partido pedáneo, luego municipio, perdió esa categoría socio-administrativa? Si hubo razones de que desapareciera como municipio, por qué no fue incorporado su territorio al de SC, si consideramos que de toda la vida, los que residían desde Las Minas a Tumba-la-Burra, iban a La Esperanza y no a SC para hacer una compra (el pueblo llegó a tener 8 carnicerías, casi cincuenta bodegas tiendas de víveres, así como tiendas de ropa, peleterías y quincallas), consultar a un dentista (disponía de 8 gabinetes dentales) y otras gestiones (talleres de reparaciones, tintorerías, ? Vale recordar que el pueblo tuvo un auge sin par que fue in crescendo desde su fundación. Voy a agregar que La Esperanza tuvo una de las pocas industrias de procesamiento y fabricación de cartón de la Isla, que desde antaño fue un pueblo con problemas de agua, no sé si debido a su manto freático o algo por el estilo, no obstante, mi padre me dijo una vez que en los alrededores de La Esperanza había un manantial o fuente con un agua insuperable, a donde iban las mejores panaderías de SC para con ella elaborar sus productos, fundamentalmente pan. Llegué a escuchar también que muchos Esperanceños tenían residencia secundaria en Varadero y era de los pueblos del interior de la Isla que más frecuentaban el susodicho balneario. No pierdas el hilo de la crónica, y no vaciles en agregar detalles. Buen domingo, seguimos en “Puerta de Golpe”. cAc
Santa Clara, 1962.
Profesor de Economía y de Historia mientras vivió en Cuba. Poeta y narrador. Autor de varios libros de poesía: Un hombre parecido al mañana (Ed. Dos Islas), Espacio para pensar en gris, Vidrio en las pupilas y Demain avant l'aube, entre otros. Autor igualmente de La vida húmeda (Ed. Primigenios), Barranco de nostalgias y Geografía íntima de un Trópico. Grado de doctor en Geografía, Urbanismo y Ordenamiento del territorio por la universidad Paris III - Sorbonne Nouvelle. Numismático apasionado, filatélico, viajero sin descanso.
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Cubierta de Tesis doctoral defendida en la Salle Bourjac, galerie Rollin, 17, rue de la Sorbonne, Paris. (Haga click sobre la imagen para acceder al enlace)
Hermosa crónica que describe precisamente lo que se siente al recorrer el camino hacia la Esperanza. Habiéndolo hecho muchas veces recuerdo cada detalle que mencionas y muestras en las fotos. Los tramos estrechos de la antigua carretera, el viejo puente del ferrocarril casi al lado del de la carretera, las entradas a antiguas fincas, los célebres mojones o marcadores de distancia hechos de piedra que datan de cuando se construyó la Central. Yo si tuve el chance de recorrer y visitar el pueblito. Este guarda algunas joyas desde que entras en el mismo y que le dan un encanto de pueblo de provincia varado en el tiempo. La entrada por la calle Real esta llena de casas-quinta como las de la foto y otras más modernas como la que fuera la casa de un amigo de mi padre donde estuve muchas veces. Después viene la línea del ferrocarril. En Esperanza era que antiguamente se dividía el ferrocarril el ramal sur que va aun se usa para ir hacia Cienfuegos y el central que iba hacia La Habana. Esto hace que el pueblo tenga dos antiguas estaciones de trenes. La más importante está en el ramal sur y había otra abandonada y en ruinas hace años en el otro ramal que ya no se usa desde que se construyó la línea central en los ’70 cuando se construyera una tercera estación por donde pasa esta, mucho mas alejada del pueblo. No se si te detendrás en próximos post pero recuerdo haberme subido al campanario de la iglesia desde donde se ve casi todo. La iglesia es muy parecida a la del Carmen. Otras joyas son el elevado de la Central, la plaza del mercado, la antigua fábrica de cigarros y muchas casas de este que fuera municipio antes de la actual división político-administrativa.
RépondreSupprimerSaludos,
Michael
Gracias Michael, la crónica está escrita con la pasión del viajero que descubre, y tu comentario deviene crónica también, con sugestivos detalles, que incitan a volver a caminar por el pueblo. La crónica está dividida en cuatro post. Por qué La Esperanza, que fuera partido pedáneo, luego municipio, perdió esa categoría socio-administrativa? Si hubo razones de que desapareciera como municipio, por qué no fue incorporado su territorio al de SC, si consideramos que de toda la vida, los que residían desde Las Minas a Tumba-la-Burra, iban a La Esperanza y no a SC para hacer una compra (el pueblo llegó a tener 8 carnicerías, casi cincuenta bodegas tiendas de víveres, así como tiendas de ropa, peleterías y quincallas), consultar a un dentista (disponía de 8 gabinetes dentales) y otras gestiones (talleres de reparaciones, tintorerías, ? Vale recordar que el pueblo tuvo un auge sin par que fue in crescendo desde su fundación. Voy a agregar que La Esperanza tuvo una de las pocas industrias de procesamiento y fabricación de cartón de la Isla, que desde antaño fue un pueblo con problemas de agua, no sé si debido a su manto freático o algo por el estilo, no obstante, mi padre me dijo una vez que en los alrededores de La Esperanza había un manantial o fuente con un agua insuperable, a donde iban las mejores panaderías de SC para con ella elaborar sus productos, fundamentalmente pan. Llegué a escuchar también que muchos Esperanceños tenían residencia secundaria en Varadero y era de los pueblos del interior de la Isla que más frecuentaban el susodicho balneario. No pierdas el hilo de la crónica, y no vaciles en agregar detalles. Buen domingo, seguimos en “Puerta de Golpe”. cAc
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