samedi 20 février 2010

Randonnée pedestre por los predios del Timanfaya


©cAc
Nada más saludable que digerir el mero caminando por entre campos de lava y admirar los “edificios” volcánicos encajados por todo el territorio. El viento ruge y golpea el rostro. Cierta hostilidad brota del sendero que nos lleva a “Los Miraderos-Las Malvas”, una zona de lava viscosa que corresponde a las erupciones volcánicas que tuvieron lugar entre 1730 y 1736. El paisaje es incomparable. Una presencia antaño maligna nos acompaña en la caminata y lejos de intimidarnos, sentimos la protección de las montañas Blanca y Bermeja. El cielo se ha manchado de nubes, unas corren, otras se detienen para mirarnos desde arriba. Al final, el camino recomienza en sentido contrario. Timanfaya es puro silencio, apenas roto por el aleteo de los pájaros que habitan en el parque. © cAc
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