dimanche 21 février 2010

Les figues de Barbarie de Mala


Mala está a medio camino entre Guatiza y Arrieta. Nos detuvimos para caminar un poco y descubrir su malicia, que no es otra que pinchar al intruso que se acerca a sus tunales. Figues de Barbarie o pera cactus, higo de la India, higuera de chumbo, nopal, higuera de pala o chumbera. En Lanzarote, tuna o penca. Y el poblado de Mala está lleno de esas tunas o pencas. A Mala se accede por la antigua carretera. Casitas blancas, y trazas de otra Mala que fue caserío donde la piedra era reina en el hábitat. Un urbanismo, que ha tratado de armonizar el confort contemporáneo y las tradiciones. Aunque de la tradicional vivienda solo quedan ruinas y horcones que duermen a la luz de la luna. Un edificio que recuerda otros. Jardines floridos donde no faltan ciertas variedades de cactus. Salimos del pueblo en dirección al mar. Mala. Sus tunales que se extienden desde las colinas hasta la costa arenosa, dan la sensación de que el verde de la planta grasa emerge de entre el rofe y las piedras. Tierra arenosa en una franja que va desde la playa del Seifío hasta la punta Pasito. Pasito a pasito, penetramos en aquel mundo de espinas, que de Mala solo tienen las cuatro letras que dan vida al pueblito, y huyéndole a la tarde noche que se avecinaba, dejamos los campos y enrumbamos por la carretera en busca de Jameos del Agua. ©cAc

©cAc

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