En febrero pasado me atreví a incursionar en los meandros
nada tranquilos de editar y publicar. Parece que los que respiramos a través de
los veinte dedos de las dos manos sobre un teclado, o que escribamos, que
seamos zurdos o derechos, sobre una tierna A cuatro blanca o sobre un cuaderno
rayado, también nos sentimos empujados a editar nosotros mismos, y por supuesto
a publicar humildemente lo que parimos con los dedos. No es pretensión, es
simplemente avanzar por caminos nuevos, para regocijo personal, cuando las
canas avanzan y el tiempo, inevitablemente, es menos largo que antes. La
publicación de Claudia Augusta, hace dos meses atrás, fue un fiasco, y
afortunadamente logré detener la publicación. Recomencé la tarea,
minuciosamente, y me atreví a pedir consejo/ayuda a un profesional para limar
los errores que estaba cometiendo en la edición, me sentí de nuevo estudiante
delante de un problema casi solucionado y pude, sin miedo, lanzar nuevamente el
pedaleo por la calzada romana, a través del conglomerado Amazoniano del gigante
americano. Claudia Augusta, con la misma piel de febrero, está otra vez en venta
en el sitio de libros de Amazon.com.fr.es.de.it
Aquellos que se atrevan a rodar por las 175 páginas
convertidas en camino lleno de aventuras, desde la bávara Donauwörth hasta la
serenísima Venecia, no puedo desearles otra cosa que una buena lectura.
A aquellos que se atrevan, gracias de antemano.
Carlos Alberto Casanova (cAc) Abril 2021.
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