Hoy amanecí escribiendo en una hoja, evidentemente que no en una hoja amarilleada por el otoño, y tampoco en una hoja inmaculadamente blanca. Arranqué una hoja cuadriculada de un cuaderno escolar con la intención de recordar aquellos viejos tiempos en que aprendimos caligrafía, en la escuela, y luego practicábamos en la casa. En esas prácticas recuerdo a mi madre, a mi tía Migdalia y a mi hermana. Todas tenían una escritura cadenciosa y lineal, hermosa. Y precisamente hoy, recibo una tarjeta de una apreciada amiga, con un dibujo del desaparecido diseñador Cabu, sobre une « feuille quadrillée ». El Grand Duduche mira a través de la hoja cuadriculada, y para ello aprieta las cuadrículas como se aprietan las hojas de una persiana veneciana. Genial Cabu y genial su personaje perezoso e irreverencioso. Doblé mi hoja, y pensé en Cabu y en todos los colaboradores del semanario, asesinados friamente por la crueldad y la ignorancia de hombres convertidos en máquinas de matar, el 7 de enero del 2015. ©cAc-2020
Obelisco a Juan de Conyedo y a Hurtado de Mendoza.
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*Obelisco a Juan de Conyedo y a Hurtado de Mendoza.*
Primero fue Conyedo[1], y luego Hurtado de Mendoza[2]. Dos hombres que
inspiraron la conducta que sigu...
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