Santa Clara es más
que un paseo, un acorde en el hilo de nuestras vidas, que tocamos sin darnos
cuenta, que amamos y mutilamos, sin decirlo, o a gritos como locos que la miran
agarrados a una reja invisible, los ojos desbordados de amor por las diez
letras que componen las dos palabras que arrastraremos por doquier. Se
escaparán crónicas, otras quedarán olvidadas en el andén de un paradero,
algunas serán el fruto de la imaginación, de proposiciones incluso de textos a
dos manos cuando ellas quieran moldear lo que las mías no puedan teclear. Santa
Clara revisitada desde la obscuridad amable de un granero en los confines de la
Provenza será un paseo en el tiempo, una mirada atrás para recordar calles y
muros con sus tristezas y alegrías, los inicios polvorientos, la hora de los
adoquines, del desorden, de las ingratitudes y de las esperanzas que se forjan escudriñando
el viaje lento de una hoja flotando en las aguas del Bélico…
Santa Clara vista por
mí se deshoja como una página cAc y los invita a palear arena y piedra no solo
al interior de sus dos modestos ríos, también buscando la sequedad de sus
sabanas, la fertilidad de sus tierras en dirección de San Gil, el polvo del
camino a Revacadero o la sombra delgada
que ofrecen los eucaliptus que cubren la Melchora y sus alrededores.
Santa Clara no desaparecerá
de los Blogs I & II de cAc, pero el grueso de los textos propios a la
ciudad de Marta, desde la misa fundacional hasta este siglo que trota como potro
sin fatiga hacia esperanzas e incertidumbres, encontraron un hoyo fértil en www.santaclarabycac.blogspot.com
Buena lectura a todos, quizás hermosos recuerdos para muchos, remembranzas
tristes para otros y para los amantes del debate y la polémica, la polémica
gentil, evidentemente, a todos, mi bienvenida cordial.
cAc,
primavera del 2015
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