…se hace casi
siempre al atardecer, cuando del sol queda la nostalgia y allá por el Cabo de
San Antonio, un hilo tenso cuelga del astro y corta en dos mitades el golfo. Al
voltearse febrero, el avión despega en busca del tercer mes del año que ya ha
comenzado para millones de gentes al otro extremo de mis sueños. Se va
volteando la estructura metálica, y nos deja ver las luces de San Cristóbal que
tintinean dispersas como faroles chinos alumbrando el sendero a una gruta. La
vuelta no tiene marcha atrás. El retorno está previsto cuando los ciclones
queden dormidos hasta la próxima temporada. Vuelvo de un invierno suave, pobre
en silencios. Y dejo atrás como otras veces, la voz apagada de mis padres. De
Hilda Velia, dormida para siempre con el rosario entre sus manos bonitas y
delicadas. De Jimena enterrada no lejos del Arroyo Grande. Las vueltas son
peligrosas cuando el tiempo hace de la rueda un gigante desvestido. Hay vueltas
y volteretas. Yo vuelvo, y siempre vuelvo porque así lo quiero. Sin rencores,
quizás alguna que otra frustración prendida como alfiler en un pañuelo de
recuerdos. Y cuando vuelvo, sigo usando los pañuelos bordados por Olga con las
iniciales de mi padre, o las mías, pañuelos que han secado alegrías y tristezas,
y emboscado catarros otoñales. Quién dice que no hay otoño en la tierra que un
adelantado pisara al claro de luna de un noviembre lejano en el tiempo. Caen
las hojas del mango y del limonero y hacen un colchón espeso en el patio. Patio
vestido de salvia, de oloroso orégano y orquídeas que sorprenden a la mañana,
mientras van abriendo y ganando en color. Caen las hojas de la yagruma y de los
almendros. Caen. El otoño es como una pincelada. El desamparo de los árboles.
La ilusión de ponerse un chal, mi madre, mis tías. Ilusiones destartaladas por
el tiempo y la vida. La vida en ruedas. A veces con alas para llegar al Bélico
y asustar las garzas blancas que por allí anidan. Siempre sobre dos ruedas,
rodando por la ciudad de Marta, sobre dos ruedas que vueltas hacen… ©cAc-2014
Lomas, cuestas y declives (Santa Clara)
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Mientras escribía los textos de *Un barrio, una iglesia, un parque*, que
serán publicados poco a poco en el blog www.santaclarabycac.blogspot.com no
pud...
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