Desde el primer golpe de vista entrando por la Calle Real, me doy cuenta que el abandono es como una brisa que sopla sobre el pueblo. Pensé que eran ideas mías, que no había tal abandono. Desgraciadamente no fueron sólo pensamientos. Como en la ciudad del Bélico, aquí las fachadas también viven su hora de desamparo, y de desespero. Entre pasado colonial, y florecimiento republicano, los estilos se mezclan, y con el tiempo y las escaseces, se deterioran, se van muriendo y hasta se borran del paisaje urbano. Cámara en mano, me paseé tranquilo por las calles, y de un sector a otro. Olfateé una casa bastante bien conservada y toqué a la puerta. Me abrieron como si me esperaran y fue la patrona gentilísima. En otras me hicieron pasar sin pedirlo, y me mostraron interiores con un pasado “à couper le souffle”. Pisos tapizados de hermosos mosaicos, columnas, molduras, enrejados, y patios sombreados. Otros interiores pobres o menos pobres fueron entretejiendo mi curiosidad. Mi punto de referencia siempre fue el parque, que es el corazón urbano del pueblo. El parque con su glorieta de factura siglo veinte (la primera, tampoco muy anterior, queda en el recuerdo y en amarillentas cartas postales) rodeado de casonas, de comercios, del inmueble de la antigua Colonia Española, del despalillo de tabaco y de la iglesia parroquial. Seleccioné algunas fotos, de casas, de templos, de logias, del parque, de los inmuebles, de la gente, que hablarán por sí solas del pueblo al que poco le falta para festejar sus 200 años, Puerta de Golpe, que fue La Esperanza nacida en el sitio de Acevedo. ©cAc
Obelisco a Juan de Conyedo y a Hurtado de Mendoza.
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*Obelisco a Juan de Conyedo y a Hurtado de Mendoza.*
Primero fue Conyedo[1], y luego Hurtado de Mendoza[2]. Dos hombres que
inspiraron la conducta que sigu...
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