De la Punta de la Tiñosa en el norte a la Punta de Jandía en el extremo sur de Fuerteventura; de costa a costa, o bordeando dunas y escalando montañas, no creo que encontraríamos otro refugio que nos colmara como lo hizo la casa rural de Martha y Javier. La Casa de la Burra, fue nuestro establo espiritual, el reposo de amaneceres atintados y atardeceres pincelados. El alma del viejo alpende construido en el XIX, y la gracia y sobriedad con que ha sido restaurado, nos amarraron a él, y nos sentimos dueños de un mundo que buscábamos, de silencio y simplicidad. El grosor de sus muros mantiene fresca la estancia. La brisa que atraviesa el llano, y propiamente Las Majadillas, acaricia cada paso que damos. El conejo nos mira de reojo, los lagartos siguen colgados de la pared y la araña de largas patas se hizo nuestra amiga compartiendo caféses y anocheceres. Y si me preguntan, a dónde llegar sin perderse o perderse llegando sin miedo a reencontrarse, les digo en Las Majadillas, en la Casa de la Burra. He aquí dos enlaces:(www.casadelaburra.wordpress.com) (http://es.rentalia.com/houses/file.php/ref/71166.htm), y por supuesto, mis apuntes para corroborarlo. ©cAc
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Me parece una excelente opción de alojamiento típico alejado del bullicio turístico. El establo convertido en casa de huéspedes es un buen ejemplo de cómo se puede conservar un edifico antiguo dándole un uso comercial que sea a la vez una fuente de ingresos para la familia propietaria.
RépondreSupprimerSaludos, Michael
Indiscutiblemente fue un paraje incomparable, casa incluída, para nuestro reencuentro después de más de veinte años. No olvidaremos la luna ensortijada y las estrellas al alcance de la mano y luego la búsqueda de los recuerdos en el embrollado cajón de los olvidos, al menos en mi confuso cajón. Inolvidable noche a pesar de mi cansancio. Marcará un hito en mis 17 años en Fuerteventura. ¡Gracias Carlos y Marie-elix!
RépondreSupprimerEso es, en primer lugar Michael, una opción de acercamiento a la naturaleza, a la libertad de espacio, a estar fuera de casa y sentirse en casa. La idea recuperadora tiene su mérito, la de preservar, la de invertir en los orígenes y evidentemente, una vía sana para la economía familiar. Saludos, cAc
RépondreSupprimerUna concatenación de encuentros que imprimí en la memoria, y hago un filme, viéndonos llegar al costado de la ermita de Llanos, la plaza medio en penumbras, el coche apagado, nos hacemos señales linterna en mano, las puertas del coche se abren y ustedes bajan y nos saludamos como si veinte años no hubieran pasado…, el camino alquitranado, iluminado por la luna, y ella, viéndonos llegar, se envuelve en un velo y comienza a danzar con las estrellas…, a no olvidar, amigos! Un abrazo, cAc
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