lundi 22 février 2010

Puntas y caletas

©cAc
Aparcamos en un parqueo casi invisible desde la carretera y emprendimos el camino del mar. Franja rocosa, de arenas blancas y rojas, de aguas transparentes y lava volcánica enseñando la hostilidad de sus caprichos.
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Franja arenosa, de rocas rojizas, de olas tiernas y piedras de origen violento y vida calcinada. El cielo se ha azulado y las nubes se han reunido todas sobre la cima del Corona. Toda la franja es nuestra y plantamos bandera de conquistadores en la Caleta del Mojón Blanco. Caminamos hasta Punta Palo.
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La franja se hace estrecha y volvemos a nuestro punto de partida. Punta Prieta y La Caleta. Puntas y caletas, y arena sin conchas ni caracoles para llevar a casa, como cuando éramos niños.
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La soledad hace más agraciado el paisaje, y el silencio es mordido por un lagarto que se escurre entre las piedras. Detrás lo sigue una lagarta, que huye de un pajarito que baila en punta mientras chilla. Una gaviota se lanza en picada, y remonta el vuelo llevando un pescado en el pico.
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Marco la página ciento veintiocho de Otra vez el mar, justo donde “el niño alza las manos, las bate, como en un gracioso homenaje al mar” y me zambullo en la ola que penetra en mis ojos. ©cAc

2 commentaires:

  1. Hermano, veo que esta tierra derretida y solidificada, negra, blanca, verde y azul, ha movido al poeta-artista-reportero que llevas dentro y fuera de ti. Que bueno que lo están disfrutando.Las fotos dan deseo de comprar un billete de avión.
    Un abrazo
    Kikale.

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  2. No puedo sustraerme aunque ya lo hemos comentado por teléfono, a darte las gracias por tu gentileza de penetrar en este blog-isla, habitualmente caimanero y ahora conejero y majorero, realidad geográfica que no lejos en el tiempo dejará de ser virtualidad isleña para convertirse en verdadera presencia. Mientras hacíamos el periplo de las islas purpurarias pensamos en ustedes, con quienes con gusto las reconquistaríamos. Un abrazo, cAc.

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