De un lado el Valle de Temisa y del otro Las Atalayas con el Monte Corona de fondo. Apenas siete kilómetros de ruta y ya estamos en el palmeral que envuelve y respira junto al silencio pródigo de Haría, pueblito agrícola bien llamado de las diez mil palmeras. Me pregunto a qué ritmo demográfico crece la cabeza de municipio cuando por cada niña nacida plantan una palmera y dos si es un varón, bueno, y dónde está la paridad de géneros? Pura curiosidad, vuelvo a introducirme en el paisaje! Aunque no faltan en los jardines y en las praderas, los higos de Barbarie, espinosos cactus y una diversidad de plantas tropicales que disfrutan de la casi perenne humedad de la región, que la hace fértil y apreciada, la palmera es reina donde la corona es un monte. ©cAc
Obelisco a Juan de Conyedo y a Hurtado de Mendoza.
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*Obelisco a Juan de Conyedo y a Hurtado de Mendoza.*
Primero fue Conyedo[1], y luego Hurtado de Mendoza[2]. Dos hombres que
inspiraron la conducta que sigu...
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