La Place Mallet enteramente pavimentada, le valió en el sXIX el renombre de ser “la más bella plaza de todo Languedoc”, evidentemente, después de Montpellier! El ayuntamiento está desde 1866 en la plaza, ubicado en el Hotel Gast de la Ramière, y que fuera propiedad del constructor de la “montgolfière” (Lou Globo), que se elevó a los cielos desde Bagnols en 1785. La cruz en hierro forjado que se erige en la plaza, fue diseñada por Rollin para conmemorar la misión del célebre abad Bridaine.
La estatua de la Virgen, en la plaza del mismo nombre, data de 1854, y es obra del escultor Félix Roux.. Justo al lado, la iglesia romana San Juan Bautista, de una sola nave, característica del arte gótico meridional, comenzó a construirse en sXI y desde entonces ha sido restaurada infinidad de veces. El pórtico es de una simplicidad atrayente, y uno entra a la iglesia como si se descendiera a una cripta. Al bajar los escalones, se llega al “narthex”, ese espacio que antecede a la nave, y cuya bóveda, de ojivas cruzadas y arcos torcidos, son propios del sXII El órganoso fue fabricado en 1701 por Charles Boisselin.
La Torre del Reloj, construida a principios del sXIV por orden de Philippe le Bel, reedita aquella que él hiciera edificar en Villeneuve lez Avignon. La calle de la judería, la casa de Rivarol, hoteles particulares, casas con fachadas góticas y arcadas se suceden en mi trayecto antes de remontar el antiguo camino de ronda.
Camino sin voltearme, camino por la avenida Alphonse Daudet, el sol sigue alto, una sirena pide paso y gime como una niña perdida. Vuelvo a la habitación del hospital, blanco, frío, solitario. Desde la ventana los muros de Gicon son el único recuerdo grato del final del verano. ©cAc
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