vendredi 1 avril 2011

hablando de La Esperanza...

[…] describe precisamente lo que se siente al recorrer el camino hacia la Esperanza. Habiéndolo hecho muchas veces recuerdo cada detalle... Los tramos estrechos de la antigua carretera, el viejo puente del ferrocarril casi al lado del de la carretera, las entradas a antiguas fincas, los célebres mojones o marcadores de distancia hechos de piedra que datan de cuando se construyó la Central. Yo si tuve el chance de recorrer y visitar el pueblito. Éste guarda algunas joyas desde que entras en el mismo y que le dan un encanto de pueblo de provincia varado en el tiempo. La entrada por la calle Real está llena de casas-quinta […] y otras más modernas como la que fuera la casa de un amigo de mi padre donde estuve muchas veces. Después viene la línea del ferrocarril. En Esperanza era que antiguamente se dividía el ferrocarril, el ramal sur que va y aún se usa para ir hacia Cienfuegos y el central que va hacia La Habana. Esto hace que el pueblo tenga dos antiguas estaciones de trenes. La más importante está en el ramal sur y había otra abandonada y en ruinas hace años en el otro ramal, en desuso desde que se construyó la línea central en los 70’ cuando se construyera una tercera estación por donde pasa esta, mucho más alejada del pueblo. […] recuerdo haberme subido al campanario de la iglesia desde donde se ve casi todo. La iglesia es muy parecida a la del Carmen [NS del Carmen, SC]. Otras joyas son el elevado de la Central, la plaza del mercado, la antigua fábrica de cigarros y muchas casas de este, que fuera municipio antes de la actual división político-administrativa. […] la pasión del viajero que descubre..., sugestivos detalles, que incitan a volver a caminar por el pueblo. Por qué La Esperanza, que fuera partido pedáneo, luego municipio, perdió esa categoría socio-administrativa? Si hubo razones de que desapareciera como municipio, por qué no fue incorporado su territorio al de Santa Clara, si consideramos que de toda la vida, los que residían desde Las Minas a Tumba-la-Burra, iban a La Esperanza y no a SC para hacer una compra (el pueblo llegó a tener 8 carnicerías, casi cincuenta bodegas tiendas de víveres, así como tiendas de ropa, peleterías y quincallas), consultar a un dentista (disponía de 8 gabinetes dentales) y otras gestiones (talleres de reparaciones, tintorerías, ? Vale recordar que el pueblo tuvo un auge sin par que fue in crescendo desde su fundación. La Esperanza tuvo una de las pocas industrias de procesamiento y fabricación de cartón de la Isla, que desde antaño fue un pueblo con problemas de agua, no sé si debido a su manto freático o algo por el estilo, no obstante, mi padre me dijo una vez que en los alrededores de La Esperanza había un manantial o fuente con un agua insuperable, a donde iban las mejores panaderías de SC para con ella elaborar sus productos, fundamentalmente pan. Llegué a escuchar también que muchos Esperanceños tenían residencia secundaria en Varadero y era de los pueblos del interior de la Isla que más frecuentaban el susodicho balneario. […] Esperanza guarda valores patrimoniales poco conocidos. […] conozco bien la iglesia aunque tal vez no hayas podido entrar por encontrarla cerrada. En la misma creo que no reside un párroco tal vez desde inicios de los 60’ y la misma depende de un cura visitante del Carmen por lo que abre ocasionalmente. El exterior muy parecido a esta última, el interior no tanto. […] la plaza del mercado que, a pesar de las modificaciones, mantiene su estructura original y más o menos su función. Las casas sorprenden hasta al que conoce el pueblo… Esperanza o La Esperanza? te aseguro que en Esperanza, y en cualquier pueblo grande o chico de la Isla, hay valores patrimoniales que deben rescatarse, pero hay que salvar primeramente, restaurar en un segundo momento y conservar con seguimiento, y de nada vale si no se crea en la gente, en quienes son ocupantes, propietarios o sencillamente utilizadores de un sitio, inmueble o espacio, interés comunitario, apreciación individual, amor y satisfacción por el hecho de cohabitar, tocar o mirar una joya que nos pertenece a todos. Llevo años preguntando a la gente, indagando, sondeando, y la mayor parte vive de espaldas a todo eso. Los accesos de fiebre por la conservación duran poco. Hoy ponen interés, mañana lo pierden. En eso juegan muchas necesidades vitales de los ciudadanos. La conservación va aparejada en muchos casos a lo que espera el individuo para su confort, y lo que ofrece el sistema o autoridad local para paliar esas necesidades. No tuve la suerte de poder entrar en la iglesia, estaba cerrada, inquirí, pero fue imposible. Tampoco conozco respecto al oficio de un cura estable para la parroquia, supongo que esa falta es consecuencia de la problemática clerical cubana aparecida después del 59’. En efecto, el edificio del mercado ha sido transformado, pero teniendo en cuenta que mantiene su estructura original, techos y soportal, pudiera estimarse un rescate digno para su rehabilitación. Un pueblo necesita un verdadero alcalde, y un buen equipo que se interese a los problemas de base. Un trabajo de proximidad y no de tareas políticas. Los caminos. Tierra, hierro, macadam, asfalto… Esta confluencia de caminos fue clave en el auge del pueblo. […] todo el que venía desde el este u oeste de la isla ya sea por tren o carretera tenía que pasar por allí. Al cruce de trenes hay que agregar que muy cerca nace el ramal norte que va hacia Sagua la Grande. La Central fue una maravilla de la ingeniería que trajo mucha vida a todos los pueblos que atravesaba. De igual manera la posterior construcción de otras vías tuvo un impacto muy negativo en algunos de estos pueblos. La autopista nacional pasa mucho más al sur de Esperanza y la línea central de ferrocarriles algo más al norte sin pasar directamente por el pueblo como antes. O sea que ya solo hay que pasar por allí si se va en auto hacia el norte de la provincia Matanzas (Cárdenas, Varadero, Matanzas) o en tren hacia Cienfuegos. Ah, los caminos! Una casa de tabla de palmas y guano en bordura del camino, el Camino Real. Y del camino espigó la esperanza de aquellos que en el sitio de Acevedo se anclaron y dejaron sus huesos. Por qué Puerta de Golpe? Y me pregunto, por qué La Esperanza y no Acevedo? Tarde para querer saber, o quizás no. Todos los caminos llevan a Roma, dice el viejo refrán. En Cuba, los caminos hicieron los pueblos y los caminos deshicieron los pueblos, o los relegaron… La Esperanza es un vivo ejemplo. Si el sistema ferroviario resurgiera en Cuba y se desarrollara regionalmente, el pueblo de la Esperanza, verdadero nudo en estas conexiones, podría volver a respirar progreso y confort. Y por qué no también por la carretera Central? Incluso, considerando un reordenamiento que no permitiera la travesía del pueblo a camiones y equipos pesados. El elevado, como otros construidos a lo largo de la Central, es una muestra de la ingeniería republicana, de la disciplina y del arduo trabajo de nuestros antepasados recientes… ©cAc

2 commentaires:

  1. Agradezco la deferencia hacia mis comentarios, hechos con el ánimo de compartir experiencias. Espero que ayuden a redescubrir un pueblo casi olvidado que tal parece guardar la esperanza de volver a renacer.
    Saludos,
    Michael

    RépondreSupprimer
  2. En efecto, Michael, la deferencia radica en que tus apreciaciones están basadas en la lógica de quien conoce el terreno, -yo, apenas, y por otro lado, quienes visitan el blog, y con la prisa que todos vivimos, echan un vistazo al mismo, pero estoy convencido que no siguen los comentarios, yo me dije, una serie como estos, es decir, los tuyos, y los míos, pueden convertirse en una crónica diferente. Gracias una vez más, y no pierdas el hábito de comentar. Saludos, cAc

    RépondreSupprimer