jeudi 25 février 2010

Playa del Valle

©cAc

Para llegar a Playa del Valle se sigue una ruta abierta siguiendo las ondulaciones de un barranco. La profusión de ocres y la aridez de los terrenos invita a pensar en la luna, en paisajes donde un caminante puede perderse si no atiende bien su mapa. Región huérfana de cursos de agua salvo cuando un temporal ahoga los barrancos. El verde es pobre y visto desde la distancia hace pensar que también ocupa un lugar entre las montañas. Yendo hacia el mar, al este de Llanos, el ocre puede desaparecer de las colinas y a la vuelta de un recodo de la carretera emerger montañas azules. Aparece Aguas Verdes y poco después la cinta alquitranada da paso a un camino polvoriento que desciende hasta la ensenada. Piedras, agua de mar y el susurro enamorado de olas besando las rocas. Azul intenso y violento, el mar se encabrita,. Gimen las piedras, ruedan, van y vienen caprichosamente. Espuma blanca, que fuera ola verdeazul y cristales de agua. Playa del Valle. Curioso valle de roques y dentadas rocas cepilladas por el mar. El golpeteo ha creado una garganta y el agua va y viene, esperando el momento de sorprender al imprudente que osa entrar en su estrechez. Nos sentamos a mirar el mar, sus caprichos, sus bondades, y al cabo de una hora de violencia, regresamos por la misma ruta, ahora calcinada por el sol mañanero. ©cAc


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