mercredi 4 novembre 2009

Bagnols, no lejos del Cèze…

Bagnols sur Cèze se me antoja, ahora que han pasado par de meses, un pueblo en el que nunca puse los pies. Y fue todo lo contrario. Lo menos que me esperaba era hacer tantas idas y vueltas en tan corto espacio de tiempo, y no queriendo que el pintoresco pueblo se redujera a la imagen de su hospital, rodeado de viviendas a carácter social, y cuyas antenas parabólicas florecen en todos los balcones de todos los apartamentos como una carta de presentación del elevado número de inmigrantes que viven en las mismas. Una tarde, el sol cayendo sin misericordia sobre los tejados, decidí caminar hasta la oficina de turismo, y preguntar qué podía de ver interesante en Bagnols s/Cèze. Como hacen habitualmente en las oficinas turísticas, la muchacha me preguntó el departamento de donde provenía, del “30”, -le dije, me miró sorprendida, sonrió, e insistió –con ese “petit accent”?, me eché a reir, y le dije, del “75” entonces, aunque le parezca raro. La vi perturbada, pero eso no le impidió de darme una descripción detallada de todo el circuito histórico y pintoresco de la “ville”. Recorrido que hice en una sola tarde y que me permitió relajarme del ritmo hospitalario que vivimos en septiembre. Bagnols muestra con orgullo los vestigios de sus murallas construidas en el sXIV y restauradas en el XVII°. Pero Bagnols es mucho más que sus vestigios. Y aunque seguí al pie de la letra el recorrido que me indicó la muchacha, les propondré el mío propio, a fin de aligerar el trayecto y regalarles una visita en imágenes del pueblito gardois.
La Place Mallet enteramente pavimentada, le valió en el sXIX el renombre de ser “la más bella plaza de todo Languedoc”, evidentemente, después de Montpellier! El ayuntamiento está desde 1866 en la plaza, ubicado en el Hotel Gast de la Ramière, y que fuera propiedad del constructor de la “montgolfière” (Lou Globo), que se elevó a los cielos desde Bagnols en 1785. La cruz en hierro forjado que se erige en la plaza, fue diseñada por Rollin para conmemorar la misión del célebre abad Bridaine.
©cAc-2009
La estatua de la Virgen, en la plaza del mismo nombre, data de 1854, y es obra del escultor Félix Roux.. Justo al lado, la iglesia romana San Juan Bautista, de una sola nave, característica del arte gótico meridional, comenzó a construirse en sXI y desde entonces ha sido restaurada infinidad de veces. El pórtico es de una simplicidad atrayente, y uno entra a la iglesia como si se descendiera a una cripta. Al bajar los escalones, se llega al “narthex”, ese espacio que antecede a la nave, y cuya bóveda, de ojivas cruzadas y arcos torcidos, son propios del sXII El órganoso fue fabricado en 1701 por Charles Boisselin.
©cAc-2009
La Torre del Reloj, construida a principios del sXIV por orden de Philippe le Bel, reedita aquella que él hiciera edificar en Villeneuve lez Avignon. La calle de la judería, la casa de Rivarol, hoteles particulares, casas con fachadas góticas y arcadas se suceden en mi trayecto antes de remontar el antiguo camino de ronda.
©cAc-2009
Camino sin voltearme, camino por la avenida Alphonse Daudet, el sol sigue alto, una sirena pide paso y gime como una niña perdida. Vuelvo a la habitación del hospital, blanco, frío, solitario. Desde la ventana los muros de Gicon son el único recuerdo grato del final del verano. ©cAc

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